Valle del Elqui amenazado: comunidades enfrentan a minera canadiense por proyecto de exploración

El proyecto Campanario, impulsado por Barrick Gold, ha desatado una fuerte oposición en la región por su posible impacto ambiental, hídrico y turístico. Aunque cuenta con aprobación ambiental, las comunidades denuncian falta de participación ciudadana y han iniciado acciones legales para detenerlo.

 

Abril 2025.- El Valle del Elqui, reconocido por su riqueza natural y cultural, enfrenta actualmente una controversia debido al proyecto minero Campanario, impulsado por la empresa canadiense Barrick Gold. Este proyecto ha generado una fuerte oposición por parte de las comunidades locales, preocupadas por los potenciales impactos ambientales y socioeconómicos en la región.​ 

La disputa se intensificó en agosto de 2024, cuando se aprobó la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) del proyecto, que contempla la habilitación de 116 plataformas de perforación para exploración minera en una zona de alta biodiversidad y relevancia arqueológica. 

Las comunidades locales han manifestado que la evaluación ambiental es insuficiente y que careció de una consulta adecuada a los habitantes del área. Es más. El movimiento ciudadano Elqui Sin Mineras ha presentado 91 reclamaciones ante el SEA, argumentando que la evaluación ambiental del proyecto fue insuficiente y que se ignoraron más de 600 observaciones de la comunidad.

De esa manera, tanto esta organización como la Asamblea en Defensa del Elqui han intensificado la oposición al proyecto, argumentando que afectaría negativamente la biodiversidad, los recursos hídricos y el turismo astronómico, esencial para la economía local. Además, señalan que la instalación de la minera podría dañar gravemente la actividad turística, basada en la belleza natural y los cielos estrellados del valle. Por lo mismo, la Agrupación de Empresarios Turísticos de Paihuano interpuso un recurso de protección, el cual fue acogido por la Corte de Apelaciones de La Serena. 

Y se agrega otro punto importante. Desde Elqui Sin Mineras han comentado que “las comunidades indígenas de la zona han denunciado que tampoco se realizó una consulta previa, libre e informada, derecho protegido por el Convenio 169 de la OIT. Ante esta grave omisión, han solicitado la nulidad del proceso ante la Contraloría General de la República, argumentando que la aprobación del proyecto vulnera sus derechos y pone en riesgo el agua del río Elqui, vital para la agricultura y la vida en la región”.

Y es que uno de los principales cuestionamientos es el uso de agua del río Malo -afluente del río Elqui- en una zona que ya sufre una crisis hídrica crónica. 

Marco legal

En Chile, la Ley N° 19.300 de Bases Generales del Medio Ambiente establece que proyectos con potencial impacto ambiental deben someterse al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA). En este caso, el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) de la Región de Coquimbo aprobó la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) en sólo cuatro días, evitando así la exigencia de un Estudio de Impacto Ambiental (EIA) más riguroso. Esto encendió las alarmas en la comunidad, que advierte sobre los riesgos de contaminación del agua, afectaciones a comunidades indígenas y un impacto negativo en el turismo y la astronomía, pilares económicos y culturales del territorio.

Por su parte, Barrick Gold sostiene que el proyecto Campanario es una iniciativa de prospección que busca identificar el potencial de mineralización en el área, sin considerar etapas de producción minera en esta fase. La empresa afirma que las actividades de exploración no conllevan impactos ambientales significativos y que han cumplido con todos los requisitos legales y ambientales establecidos. ​Pero esto sólo indica que POR AHORA no explotarán la zona. No garantiza una protección del territorio de una futura extracción minera.

Finalmente, mencionar que este conflicto revela las tensiones entre el modelo extractivista y la defensa de los territorios sustentables. Mientras la empresa busca avanzar en su proyecto de exploración, las comunidades redoblan sus esfuerzos legales y sociales para proteger el Valle del Elqui. “No estamos en contra del desarrollo, pero sí de que se imponga sin escucharnos y destruyendo lo que somos”, declaró una vecina de Paihuano en una reciente asamblea pública.